Cuando entrenamos, competimos o realizamos cualquier actividad en equipo, se nos presentan constantemente nuevos desafíos y por lo tanto nos auto exigimos. Desde un lugar sano el estrés nos ayuda a identificar y poner energía en nuevas soluciones, pero si esta demanda de energía no está bien gestionada nos enfermamos o perdemos la motivación.
Hoy necesitamos tener más músculos emocionales para responder a situaciones que son cada vez más desafiantes. Se ha investigado que el 80% del éxito en lo que nos proponemos depende de las habilidades emocionales, y no de lo técnico, por lo tanto, es importantísimo invertir esfuerzos en una educación emocional que permite y favorece el autoconocimiento.
Las personas, las familias y las instituciones que se enfocan en un mayor rendimiento, disfrute y bienestar de una actividad deportiva con una buena Gestión de sus Emociones podrán diferenciar las necesidades, de las preferencias o deseos; liberándose de sentimientos de frustración, insatisfacción o desdicha provocado por emociones displacenteras como tristeza, angustia, enojo, miedo, vergüenza, etc.
"¿Cuáles son las trabas que tenemos para una buena gestión de las emociones? Es que no sabemos cómo hacerlo, no se nos entrenó para ello", así que como Orientador Psicológico propongo a los clubes, centros de entrenamiento, entrenadores, cuerpos técnicos, deportistas y familias a investigar sobre el tema, participar de sesiones individuales o recibir capacitación sobre el tema.
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